Monday, June 27, 2005

A mi abuelo

Ya te empezaste a despedir de tus amigos, de tu familia, pero dicen las malas lenguas que las fiestas en tus buenos tiempos duraban hasta once días, así que la fiesta sigue, llevas ya cinco días muy malito, tus riñones ya no funcionan, el tumor está cada día más grande y dando más lata, el líquido invade tu cuerpo porque no encuentra salida y tú como si nada.
Eres un ejemplo de vida, ¿sabes? Es increíble que estando como estás aún sigas haciendo sonreír a la gente, me platicó mamá que les hiciste el teatro más pequeño del mundo a tus nietos y los tenías con el ojo cuadrado, claro que te ayudaron mucho Homobono y Adriana, tus personajes de pulgar que no se rajan.
Mucho de lo que soy ahora te lo debo a ti, mi pabuelo, y yo tu hijeta no me atrevo a ir a despedirme de ti, lo hice ya en mi corazón, pues soy muy cobarde y no quiero verte sufrir.
Papá Dios te está esperando ya con los brazos abiertos y también te esperan todos los amigos que se adelantaron en el camino, estoy segura que en el Cielo habrá una gran fiesta en honor a ti Marcelo, porque durante toda tu existencia te dedicaste a hacer reír a la gente, a buscarle el lado bueno a las cosas, a ayudar al pobre y al necesitado. Recuerdo que en tu casa siempre había un taco o un platillo extra para el que pasaba por la calle solicitando caridad.
La caridad, dicen, es la mayor de las virtudes, y entonces debo decirte que eres un virtuoso de primera, porque todo en tu vida está lleno de amor, amor que has sabido transmitir a tus nueve hijos y a tus veintitantos nietos.
Te quiero mucho, abuelo, te voy a extrañar, pero debes estar seguro que estaré feliz cuando sepa que tengo vara alta allá en el Cielo con Dios, porque desde allá, te convertirás en fiel Ángel Guardián de todos los que te queremos, de tu familia y los amigos que se quedan por aquí.
Pero como Papá Dios es muy sabio, algún día habrá de reunirnos de nuevo y entonces armaremos una gran fiesta todos los Canseco en el cielo, ¿te lo imaginas? Será mejor aún que tus fiestas de cumpleaños.
Repito que te quiero mucho y mi corazón está en paz, cuando Papá Dios decida llevarte haremos fiesta, pues en ese momento habrás nacido a tu vida en el Cielo. Ojalá que en vez de arpa te den una guitarra para que vuelvas a tocar y cantar como sólo tú lo sabes hacer.
Te abrazo con el corazón y te encomiendo a Papá Dios, Él te cuidará mejor y en los brazos de nuestra Madre María podrás descansar.

Monday, June 20, 2005

Malditas hormigas

Malditas Hormigas
Recuerdan mi rosal, aquél que les decía que retoñaba con la lluvia que no ha cesado del todo. Pues bien, lo veo todos los días porque vive en mi ventana, esa ventana que es la puerta hacia un mundo exterior lleno de árboles y nidos de pajaritos. Yo sé que es ya verano, pero en estos sitios del país no se nota mucho el cambio de las estaciones y los pajaritos recién ahora han empezado a formar sus nidos en los flamboyanes y en la ceiba. Hay nidos de cotorros en los chicozapotes y mi jardín se llena de trinos y de colorido. Las flores del flamboyán y de la lluvia de oro tiñen de arcoiris el espacio en donde se encuentra mi casa.
Pero bueno, regresando a la causa de mi indignación y mi enojo, debo decir que ayer mi rosal era una planta fuerte, llena de brotes nuevos, incluso tenía ya unos cuantos botones ansiosos de seguirse alimentando con el agua de lluvia para abrirse en todo su esplendor y saludar con sus pétalos al sol. Hoy en la mañana, me asomé a la ventana para ver el amanecer, escuchar los pájaros y recrear mi mirada con los colores de la mañana, cuando reparé en mi rosal, ¡qué coraje! Estaba pelón, ni una hoja sobrevivió al embate de las malditas hormigas, un día y una noche bastaron para que esos animalitos, ejemplo de trabajo arduo, me dieran una demostración de su organización infalible dañando una de las plantas que más quiero. Se la acabaron completa, no respetaron ni los botones, desapareció, quedaron sólo sus ramitas pelonas como suplicando auxilio.
Ya comenzó mi venganza, no tengo nada en contra de las hormigas, pero esta vez han llegado muy lejos, habiendo tantas plantas y hasta hierbas no deseadas en la jardinera, eso de venir a comerse mi rosal, es cosa de animales descerebrados, insectos con cuerpo segmentado y tenazas por boca que fueron cortando poco a poco las hojas de mi rosal hasta dejarlo desnudo ante las inclemencias del tiempo. Y parece que el cielo llora conmigo, la lluvia no ha cesado de caer, y pretende seguir alimentando a mi rosal, sé que no es débil, así que podrá reponerse al ataque despiadado de las hormigas. Comencé mi venganza esta misma mañana rociando toda la jardinera con insecticida… Espero sinceramente no volver a ver a esas hormigotas rojas paseando por los alrededores de mi rosal, pues si vuelvo a verlas, no tendré piedad de ellas. A ver, entiendo que deban comer, lo que no entiendo es por qué se comen mi rosal, la única plantita a la que le he dado mis cuidados, la única que me ha respondido regalándome hasta una docena de rosas en unos cuantos días, ¿por qué contra él?, ¿qué daño les hizo a las hormigas para que decidieran atacarlo? No entiendo a la naturaleza, pero menos entiendo al hombre que mata sin piedad a sus semejantes cuando se enfrasca en una guerra que no entiende, cuyos ideales no comparte y que comandados por un presidente, son capaces de arrearse a balazos contra el primero que se les ponga enfrente, sin importar si es hombre, mujer, niño o anciano.
Pero no estoy aquí para explicar la conducta humana, ni la animal. Así que hormigas rojas, hagan el refabrón cavor de no regresar a mi jardinera, so pena de ser aniquiladas. Advertidas sean.

Wednesday, June 15, 2005

Interrogantes

MujerBuho
Y a todo esto… ¿qué sigue? ¿Hacia dónde voy? ¿Soy, estoy, existo?
Qué interrogantes… y pensar que ni siquiera soy original al planteármelas, será acaso que todos los seres humanos de cuando en vez nos topamos con la duda existencial de saber ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿hacia dónde vamos?, ¿cuál es la misión en nuestra vida?
Comenzaré por intentar definirme en un ejercicio que no tengo idea hacia dónde me llevará, pero me propongo resolver para empezar la primera interrogante: ¿Quién soy?
Bueno, me llamo Tania, nací hace 28 años en un puerto del noreste de México, soy mujer (¡a mucha honra!). Soy la mayor de 5 hermanos, la que toca la guitarra, la que escribe poesía (o al menos lo intenta), la que se enamora casi de todo y casi por nada, la que compone canciones cuando la luna o la lluvia se ponen frente a ella y le toca la inspiración.
Soy licenciada en ciencias de la comunicación, tengo maestría en animación por computadora… trabajo en una productora de programas de TV.
Y sin embargo, todo este palabrerío no dice ni una pizca de quién soy… Comenzaré de nuevo: Soy una mujer sensible, que no soporta las injusticias ni la hipocresía, para quien el amor es el motor del mundo, que ansía ser madre algún día, que quisiera que el mundo fuera un poco mejor, sin hambre ni guerras, ni ricos y pobres, ni felices y tristes… ojo, quisiera que todos fueran felices al saberse ricos en amor, en amigos en familia, que no tuvieran hambre ni sed de justicia porque el mundo es un paraíso donde vivir.
Creo que más o menos me voy acercando… está difícil, muy difícil contestar(me).
¿De dónde vengo? Soy fruto del amor entre dos seres humanos que son mis padres, quienes en su juventud se entregaron mutuamente y de esa entrega vine al mundo como un angelito sin alas, a llenar sus vidas de “problemas” y de “satisfacciones”. Eran muy jóvenes cuando se embarcaron en la aventura de la paternidad, pero eso no les quitó ni un ápice de su capacidad para ser los mejores padres del mundo, y tanto les gustó la experiencia, que después de mí, tuvieron otros cuatro hijos. Vengo también del norte y me encuentro en el sur, pero sobre todo vengo de Dios, porque estoy convencida que si Él no lo hubiera deseado, yo no estaría aquí.
¿Hacia dónde voy? Pues como he venido de Dios, espero ir hacia Él, procuro que mi vida se desarrolle por un camino que aunque lleno de guijarros y de acantilados me lleva siempre hacia el bien. Quiero ser luz para otros, pero no LA LUZ, sólo un farito pequeño que les ilumine un poco, sólo un poquito, quiero ser capaz de dar y de darme, y para eso voy hacia donde me llamen.
Procuro tener siempre los oídos abiertos y atentos ante lo que me rodea, pero más que los oídos el corazón, para sentir lo que sienten mis hermanos y para tratar de echarles la mano, o al menos el hombro (si les sirve de consuelo). Voy en el camino a ser esposa y madre, quiero recibir los hijos que Dios me envíe (si es que me envía alguno), quiero ser esa esposa que está dispuesta a luchar hombro con hombro con su marido para sacar adelante su hogar, su familia.
Lo que no sé muy bien aún es ¿cuál es mi misión en esta vida?... espero descubrirla algún día no muy lejano porque en cuanto lo sepa, estaré ya con la meta trazada y con los objetivos puestos para llegar a ser todo lo que se espera de mí.
Y a todo esto, ¿qué sigue? Pues simplemente seguir como diría Ysabel: “en la lucha por la locha pa’la leche de los muchachos”. Seguir viviendo que ante todo es lo más importante, no se vale dejar que la vida pase de largo ante nosotros por miedo a vivirla.
Soy, estoy y existo en este tiempo y en este lugar, porque aquí es donde debo estar y desde aquí espero seguir teniendo la capacidad de amar todo y a todos, porque como he dicho antes, convencida estoy de que nada hay más importante en este mundo que el amor, ya que sin él nada somos y nada podemos dar. Cuando un hombre está vacío, pobre, triste y abandonado, aún puede dar una sonrisa que se contagia y que desata el amor a su alrededor.
Así pues propóngome ir por la calle con una sonrisa en los labios, aunque me digan lunática, aunque piensen que estoy fuera de este mundo, porque estoy convencida de que una sonrisa sincera abre puertas y corazones.
¡Agárrense que ahí les va la mujer sonriente, la poetisa locochona, la niña que vive fuera de este mundo! ¡Agárrense que ahí les voy!

Monday, June 06, 2005

El recuento de...

Rosal
Llueve desde anoche… no ha parado de llover, tormenta eléctrica acompañando esta lluvia, pareciera como si de pronto todos los ángeles del cielo estuvieran llorando, pero ¿por qué? ¿cuál es la razón de su llanto?
¿Acaso están tristes por mí? No deberían estarlo, yo misma no estoy triste, sólo confundida, sin saber a ciencia cierta qué es lo que puedo esperar de la vida a estas alturas.
Claro que tampoco sé a ciencia cierta qué es lo que quiero. Por ahora estoy contenta, tengo un buen trabajo, mi familia está bien gracias a Dios, tal vez me gustaría en este momento a mis 28, casi 29 tener una pareja estable con la cual pensar en formar una familia… quisiera volver a España a reencontrarme con mis amigos que dejé por allá, quisiera abrazar a mis abuelos antes de que cuelguen los tenis, quiero tantas cosas… y al mismo tiempo, estoy satisfecha con lo poco que he logrado.
No me lo tomes a mal, no soy conformista, sólo que recibo tantas bendiciones a diario, que hasta se me hace egoísta ir por la vida deseando más, supongo que hay muchos hombres, mujeres y niños que desearían tener un poco de lo que yo tengo.
Mis padres me han educado en la generosidad y el amor, y aún así siento que algo falta, aunque sigo sin saber bien lo que es.
Pero bueno, me he desviado mucho del tema, decía que desde anoche no ha parado de llover, y yo quisiera conocer la causa de esta lluvia. Unos seguro dirán que la está provocando la onda tropical que anda por las costas oaxaqueñas, pero yo creo que hay algo más. Tal vez la razón de tanta lluvia sea que mi rosal tiene sed y con estas lluvias que han caído últimamente, está retoñando, se ha llenado de hojas nuevas y de botones que esperan a abrirse ante los rayos del sol, cuando el sol venga.
Es difícil comprender a la naturaleza, pero más difícil es comprender a un hombre o a una mujer que han caído en las redes de Eros. Por eso siempre he dicho que a los enamorados no hay que entenderlos, acaso tal vez compadecerlos, o mejor envidiarlos.
¿Que si me he enamorado?, sí una vez de un hombre maravilloso, que en su tiempo fue el todo para mí. ¿Qué pasó? Bueno pues simplemente no era nuestro sino seguir juntos, pero no pensé que me costaría tantos años sacármelo de la mente (del corazón), sin embargo jamás borraré su recuerdo, porque con él aprendí el goce de un beso tímido, el disfrute de los besos apasionados que nos robaban el aliento, la calidez de su abrazo a mi cintura, lo divertido que es recorrer un museo entre dos locos que sólo piensan en acariciarse discretamente mientras tratan de adivinar los nombres de las obras.
¡Cuántos momentos felices a su lado…! pero ahora, pensándolo bien, sí hay algo que me angustia, y ese algo son estos 8 años de “soledad”, de sequía interior (que afuera sigue lloviendo), de no volver a encontrar con quién compartir el amor.
Sé que muchas veces mis escritos llevan impreso un dejo de melancolía, pero bueno, ¿qué les digo?, acostumbro a escribir cuando mi estado anímico no es el óptimo, pues es cuando necesito ponerme en papel, leerme, releerme y tal vez algún día comprenderme.
Aunque claro, el tener tus ojos en mis letras es un aliciente para seguir escribiendo, para seguir compartiendo un cachito de mí en cada hoja que voy llenando de hormiguitas negras que no atinan a salirse de los bordes.
He divagado ya bastante, así que termino aquí, pidiéndote que te tomes un minuto en hacerme saber tu opinión, bueno, si quieres… que aquí no se obliga a nadie.